Para mi es un orgullo poder hablarles en un día tan especial para ustedes en el que culminan una etapa de su vida. Para llegar hasta aquí han tenido que hacer, sin duda, un esfuerzo muy importante. Estudiar en esta Facultad no es fácil, exige vocación, dedicación y sacrificio. Han logrado un objetivo importante y merecen una calurosa felicitación por ello.

Hablar en un acto de graduación en este momento no es sencillo. No podemos obviar la mención a las difíciles circunstancias que nos rodean. Vivimos en un país que está en una profunda crisis que se refleja con dramatismo en el hambre de importantes sectores de la población. Vivimos rodeados por la corrupción y la decadencia. Vivimos acostumbrados a ser ignorados y maltratados por un estado ausente y cómplice del sistemático saqueo de nuestras riquezas. Pero nuestro país no es sólo eso. Nuetro país también es resistencia y es solidaridad. Nuestro país es nuestra cultura y nuestra educación. Nuestro pais es esta Facultad y esta Universidad, que representan valores fundamentales que debemos defender en un momento de crisis como este.

Quienes se gradúan hoy compartieron años de trabajo y estudio en esta Facultad con docentes y no docentes que trabajan en condiciones difíciles. Con salarios deplorables y presupuesto magro. Quienes trabajamos aquí como docentes e investigadores lo hacemos con entusiasmo, con cariño, con vocación y con dedicación. Pero también lo hacemos como una forma de resistencia. Lo hacemos como parte de una contracultura que se resiste a la mercantilización de todo, incluida la propia educación, y que se resiste a dejar que nos domine la cultura de la pizza y el champán. Quienes trabajamos en esta Universidad pretendemos cumplir con la difícil obligación de formar buenos científicos y profesionales en un país donde hay gente que pasa hambre. 

Qué es lo que siempre distinguió al graduado formado en esta Facultad? La clave tal vez está en que aquí aspiramos a formar científicos y profesionales que sepan mirar a su alrededor y que sean capaces de analizar la realidad críticamente. Aspiramos a formar individuos que se nieguen a aceptar que la misión del científico, del tecnólogo o del profesional se reduce a aplicar las enseñanzas que se aprenden en los libros ya escritos. Por el contrario, nuestro objetivo es que nuestros graduados, ustedes, sean capaces de escribir sus propios libros, de analizar críticamente el conocimiento existente, de desmenuzar los problemas de la realidad, de analizarlos y de descubrir  soluciones originales y creativas. El pensamiento crítico es lo que debe caracterizar a nuestros graduados. Y esa es la tradición de nuestra Facultad. Es la tradición que impusieron hombres como Rolando García, Juan José Giambiagi y tantos otros. Es la tradición que, a sangre y fuego se trató de borrar, durante las dictaduras que asolaron nuestro país. Y es por eso también que esas dictaduras golpearon a nuestra Facultad expulsando de ella a científicos notables. Es porque la buena ciencia, la única ciencia posible, es necesariamente cuestionadora, creativa e innovadora. No acepta dogmas ni verdades absolutas. Es enemiga natural del pensamiento único que tanto daño hace a nuestra sociedad en la actualidad. 

Espero que muchos de ustedes puedan contribuir al avance del conocimiento científico y espero también que muchos puedan también usar su capacidad para resolver los problemas acuciantes de nuestra sociedad. Nuestro país necesita ciencia y tecnología si pretende desarrollarse. Pero no nos engañemos, muchos de los problemas de nuestra sociedad, los mas graves y dramáticos como el hambre, la violencia y la marginalidad no requieren de grandes avances científicos o tecnológicos para su solución. Estos problemas se originan en una injusta distribución de la riqueza, en una estructura económica que permite que las riquezas del país sean usados para el beneficio de muy pocos. A la solución de esos problemas debemos contribuir todos como ciudadanos, con espíritu crítico y solidario. Pero sin duda la ciencia y la tecnología que ustedes están en condiciones de producir pueden darle muchos beneficios a la Argentina. Mas de una vez se ha dicho que ciencia y tecnología son condiciones necesarias por el  desarrollo. En el mundo de hoy son factores de poder, fuerzas productivas en  movimiento, que pueden y deben ser instrumentos de desarrollo y de generación de riqueza.

Como graduados hoy salen de esta Facultad a la que, y espero que esto no caiga ahora como una desagradable sorpresa,  deberán volver. Y no deberán hacerlo meramente por cuestiones burocráticas. Deberán hacerlo porque el conocimiento científico evoluciona continuamente y en las profesiones que han elegido no es posible prescindir de la constante actualización. Es asi que serán lo que somos todos quienes trabajamos aquí: estudiantes toda la vida. Pero también, y esto es una expresión de deseo, deberán volver porque sentirán lo mismo que sentimos muchos de los que nos graduamos aquí en el pasado. Sentir\'an el deseo de devolver algo de lo que la Facultad les ha dado. Y podrán hacerlo  colaborando con ella de muchas maneras. Desde sus claustros o desde afuera, con proyectos de docencia, de investigación o de extensión. De esa forma serán parte de esta experiencia colectiva de resistencia y aportarán al mejoramiento de la educación pública.

Quiero terminar felicitandolos nuevamente a ustedes y a sus familias por el esfuerzo realizado y por los logros que obtuvieron.  Hasta pronto y felicidades.

Buenos Aires, 26 de diciembre de 2002.