Es un dato comprobable a través de las estadísticas —por ejemplo las que el CD de la FCEyN encarga al Departamento de Alumnos y al Servicio de Cómputos— que el número total efectivo de alumnos decae abruptamente antes de superar los dos primeros años lectivos. Por diferentes motivos, hay una gran masa de los ingresantes, que si bien llegan atraídos por la oferta de nuestras licenciaturas, finalmente terminan desertando.

En algunos ámbitos de la FCEyN se planteó oportunamente la posibilidad de implementar mecanismos que permitieran, por un lado, estimular la permanencia de este bloque de alumnos mediante el ofrecimiento de carreras con un horizonte de graduación más cercano (no más de tres años de duración) y con un perfil más profesional respecto al de las actuales licenciaturas y, por otro lado, tender en la medida de lo posible a un aumento genuino de esa franja de estudiantes.

Estas carreras cortas deberían mantener la esencia de la formación que brindan actualmente los distintos departamentos: excelencia académica y generación de profesionales con un alto grado de entrenamiento para la resolución de problemas en forma no enciclopedista.

Existen varios antecedentes de este tipo títulos (ej.: Técnico en..., etc.), ofrecidos junto a los de grado (ej.: Licenciaturas, etc.), en la UBA y también en otras universidades nacionales.

Tal vez valga la pena estudiar si, con políticas adecuadas, estas variantes podrían llegar a significar crecimientos genuinos de la FCEyN en general y del Departamento más ligado temáticamente a estas carreras cortas, en particular.

Al Departamento de Física de la FCEyN están ligadas las carreras de grado de la Licenciatura en Física, de Técnico de Laboratorio (si sobrevive como tal a la Reforma), de Profesor de Enseñanza Media en Física y los posgrados del Doctorado en Ciencias Físicas y la Maestría en Física Médica (podría tenerse en cuenta también que quizás nazca la Maestría en Medio Ambiente y que casi nace la Maestría en Materiales).

En esta dirección, si a la comunidad del Departamento de Física (vía sus diversos canales) le parece relevante, quizás merezca cierta discusión (académica primero y política después) la idea de crear una nueva oferta de grado (es decir, capaz de captar estudiantes recién egresados del nivel medio) asociada a la temática profesional de la Óptica.

En nuestro país, las entidades habilitadas para dictar cursos y emitir títulos (ligadas al World Council of Optometry) son la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, la Universidad de Morón, la Escuela Industrial de la Nación Manuel Belgrano, la Escuela Nacional de Educación Técnica Arias, la Escuela Superior de Optometría y el Colegio Argentino de Opticos.

En la UBA, la Facultad de Farmacia y Bioquímica ofrece, junto a sus carreras de grado, el título de Óptico Técnico y Optico Técnico de lentes de contacto. Estas carreras técnicas constan de seis asignaturas (excluyendo el CBC): Óptica Geométrica, Óptica Física, Óptica Aplicada 1, Óptica Aplicada 2, Lentes de Contacto 1, Lentes de Contacto 2 y Prótesis Oftálmicas. La carrera está diseñada para durar tres años y, con la especialización en lentes de contacto, ascienden a cuatro. Pertenece a un Departamento de Carreras Técnicas de la FFB y están afectados a la docencia: un profesor titular, dos adjuntos, dos jefes de trabajos prácticos y seis ayudantes de primera. Sus incumbencias (según la Guía del Estudiante de EUDEBA) son complementar el campo profesional del médico oculista, especialmente en lo que se refiere a lentes de contacto. En otras palabras, cada negocio comercial de venta de anteojos e instrumental para la visión cuenta con al menos uno de estos técnicos como personal legalmente idóneo para interpretar las prescripciones del oftalmólogo.

En este escenario, el médico oftalmólogo —con una formación más enciclopedista que científica acerca del ángulo físico de la visión y su instrumental— es el principal actor profesional del tema.

Sin embargo, en casi toda Europa, la tendencia en este campo separa el análisis de la visión, recetado de lentes y otras tareas conexas sobre instrumental óptico de la parte eminentemente médica (clínica y quirúrgica) de las oftalmopatías. Es decir, el costado científico-técnico del tema de la visión e instrumental óptico queda mayoritariamente reservado a profesionales no médicos, el de las patologías a los médicos, mientras que aun comparten el análisis optométrico y la prescripción de compensaciones de ametropías.

En varias facultades de ciencias de España, entre otras, existe la carrera (de tres años de duración) de la Diplomatura o Escuela de Óptica y Optometría, cuyo eje fundamental es la capacitación al mejor nivel universitario de los profesionales que entienden en todo lo referente a lentes de anteojos, de contacto, intraoftálmicas e instrumental para la visión en general (análisis optométrico, prescripción de las compensaciones de ametropías, dirección de ejercicios de rehabilitación visual, adaptación y montaje de anteojos y lentes de contacto). Claramente han logrado acordar muy bien el solapamiento de incumbencias con los profesionales médicos y así cubrir las falencias que éstos tienen en el costado científico del tema de la visión (probablemente como consecuencia del desarrollo vertiginoso de nuevos conocimientos y tecnologías provenientes del área de Óptica y Láseres). Según estadísticas recientes, hay dos titulados en óptica por cada oftalmólogo.

En España, las universidades lograron un acuerdo con las sociedades y colegios que nucleaban a los profesionales de la visión mediante la homologación de sus títulos técnicos y terciarios con el universitario (que pasaba a ser el de mayor relevancia en el tema) mediante diversos mecanismos de nivelación. Por cierto, no hay que dejar de desconocer que los marcos regulatorios y legales funcionan con tolerable eficiencia minimizando así la incidencia de los intereses corporativos

Si bien el eje fundamental de estas Diplomaturas españolas, es la capacitación para el desempeño profesional en el campo que se relaciona con los anteojos, las lentes de contacto y el instrumental en general, cada universidad complementa este perfil troncal según sus propias potencialidades. Si bien algunas hacen énfasis en las cuestiones médicas (agregando a la currícula cursos ligados a la oftalmología) existen muchas otras, fuertes en áreas de láseres, óptica cuántica y no lineal, que brindan una formación introductoria, por ejemplo, ligada a los dispositivos láseres y sus aplicaciones (en medicina, comunicaciones, procesos industriales, etc.).

En los países anglosajones, por su parte, el nivel de estas titulaciones es aun más elevado que el español y casi alcanza el perfil de una licenciatura.

La Universidad de Santiago de Compostela cuenta con la llamada Escuela Universitaria de Óptica y Optometría que funciona en estrecho contacto con su Facultad de Física a través de los docentes y proyectos de investigación comunes.

En los últimos años el promedio anual ingresantes a la Diplomatura fue de ochenta (en Física ingresan doscientos anuales). El número total de alumnos del curso ‘97-‘98 fue de 336 y se recibieron 57.

La distribución docente del curso ‘97-‘98 contó con 52 docentes en total, 23 de los cuales pertenecían a áreas científico-técnicas y el resto a científico-sanitarias. Dentro de la primer área se ubicaron doce profesores regulares (tres catedráticos y nueve titulares) y tres interinos exclusivas más cinco interinos simples. Algunos de estos profesores tienen actividades de docencia solo en la Escuela, mientras que otros la comporten, a veces, con más de otro centro (por ejemplo la Facultad de Física). Con esta masa crítica de físicos (ópticos y fotofísicos) se satisfacen los servicios de materias temáticamente ligadas a Optica y Láseres de la Facultad de Física y de la Escuela. A su vez, los profesores de áreas no científicas tienen dedicaciones simples a la docencia.

Por otro lado, las tareas de investigación quedan definidas por el perfil de los investigadores y no está circunscripta a los temas de visión. Llevan adelante un laboratorio de nivel competitivo con excelentes facilidades experimentales, computacionales y bibliográficas tanto en teoría como en experimentación de láseres, guías planas, películas delgadas, óptica adaptativa y no lineal. Tienen proyectos comunes no solo con la Facultad de Física sino con la de Química, Matemática, Medicina y también con otras universidades.

La Escuela Universitaria de Optica y Optometría de Santiago de Compostela ha alcanzado un equilibrio dinámico entre el flujo de alumnos ingresantes, los servicios docentes a la facultad de Física, la masa crítica de físicos capaz de llevar adelante proyectos de investigación de relevancia y las demandas del sector profesional/comercial de la industria de anteojos, lentes e instrumental para la visión.

El plan de estudios parte de los siguiente principios:

• proporcionar una formación orientada a la preparación para el ejercicio de las actividades de examen optométrico, prescripción de lentes, tratamientos de reeducación visual, para conservación y mejora de la visión;
• proporcionar una formación orientada a actividades de tipo técnico como talla, montaje, adaptación y suministración de sistemas ópticos que la terapia visual indique tales como anteojos, lentes de contacto, sistemas amplificadores para baja visión, etc.
• asimilar a su formación la capacitación necesaria para reconocer la presencia de patologías oculares y la derivación del paciente al oftalmólogo.
• profundizar en algunos aspectos concretos tales como contactología, acústica audiométrica, diseño óptico asistido por computadora, instrumentales específicos, dispositivos láseres, comunicaciones, etc.

La enseñanza universitaria española está subdividida en tres ciclos cada uno de los cuales generan títulos. Con algunas diferencias, los dos últimos ciclos podrían corresponderse con nuestros títulos de grado y posgrado, respectivamente, mientras que el primero está orientado a carreras cortas profesionales. La articulación de las materias en los tres ciclos permite compartir el dictado y la validez de las mismas

El plan de estudios para la obtención del título de DO&O corresponde a enseñanzas de primer ciclo con una duración de tres años y una carga lectiva global de 250 puntos. La carga lectiva teórica no supera las 15 horas semanales ni los 45 puntos anuales.

No existen correlatividades ni incompatibilidades. El hecho de que existan materias "I" no indica que sus contenidos son requisito de aprendizaje para las "II". Solo constituye una ordenación temporal.

La docencia de las materias troncales corresponde a las áreas de conocimiento (en la clasificación española): Biología Celular, Ciencias Morfológicas, Cirugía, Fisiología, Física Aplicada y Farmacología.

La carga lectiva global es de 250 puntos: 135 de materias troncales, 65 obligatorias de la universidad, 25 optativas y 25 de libre elección.

Se otorgan 25 puntos (aunque no es una exigencia) a un Trabajo o Proyecto de Fin de Carrera académicamente dirigido.